Redacción El Confidencial
La perversidad de Obiang Nguema no tiene límites. No le ha parecido suficiente con haber estado 51 (incluidos los 11 años con Macías) encarcelando, torturando, asesinando y acaparando, para él y para su clan, todos los recursos de los guineanos, sino que también está dispuesto a acabar con nuestro futuro y el de nuestros hijos, incluso cuando él se haya ido a la tumba.
A pesar de que la fortuna personal de nuestro dictador le sitúa entre los mandatarios mas ricos del mundo, ha tenido que recurrir a prestamos milmillonarios procedentes del gobierno chino, prestamos que se va a tardar años en devolver y que pueden hipotecar el futuro de los guineanos. No conforme con esto, intenta ahora conseguir otro nuevo préstamo del FMI.
Esta semana ha vuelto a dar una nueva y peligroso vuelta de tuerca, echándose en los brazos de la Rusia de Putin, quizá para intentar salir de la difícil situación que se le está viniendo encima. Situación que viene provocada, en primer lugar, por la fuerte oposición que está ejerciendo el exilio, a través de los partidos políticos, los activistas, los autistas y los guineanos de pie, que con sus constantes denuncias, están consiguiendo una gran resonancia ante la opinión publica internacional, poniendo al dictador contra las cuerdas.
---------------- LEER MÁS -------------