Por Juan Nze Eson Avaur, desde Malabo
El pueblo guineo ecuatoriano lleva mucho tiempo (desde que se independizó de España) sufriendo en sus propias carnes una diabólica dictadura, una opresión dictatorial que le está llevando a un sufrimiento inhumano e infernal.
Los dirigentes de Guinea Ecuatorial, además de maltratar al pueblo sometiéndolo a torturas, asesinatos y prohibiendo, solo por pensar y hacer política para la democratización de nuestro país, el señor dictador Obiang Nquema también se ha encargado de mantenernos pobres de por vida, robando, despilfarrando toda la riqueza de nuestro país, mientras que a los funcionarios y a los empleados de las empresas de su familia, se les paga un salario mensual mísero. Tan miserables son los salarios que ni siquiera un funcionario guineo puede pagar un taxi y ni se puede permitir el lujo de desayunar fuera.
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