Por Pergentino Tito Oyono Nguema, Secretario de Finanzas del Partido del Progreso
Cuando una determinada sociedad apuesta por un modelo de desarrollo, lo debe asumir con la asunción de todas las consecuencias; tanto, los pros como los contras. A lo largo y ancho de la historia, los gobernantes con mayor grado de ambición para sus pueblos siempre han apostado por un modelo de desarrollo próspero que adecúe a las circunstancias, necesidades y prosperidad para sus conciudadanos que no conlleve ningún ápice o influencia de aciago en la sociedad.
El desarrollo lo es todo y no debe enervar a nadie con buenas convicciones morales y socio-políticas. Hay países que han acertado en la elección de su modelo de desarrollo y, presumiblemente se ha reflejado en el IDH(índice de desarrollo humano) de sus ciudadanos sin orquestar ninguna oposición social. El pueblo quiere vivir y caminar alegremente en su heroicidad con una convergencia de desarrollo en todas sus dimensiones.
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