Por Armengol Engonga Ondo.
Presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial
Las secuelas de las dos
dictaduras en Guinea Ecuatorial han dejado una profunda marca en la historia
del país. Tras nuestra independencia de España en 1968, los guineanos
albergábamos esperanzas de un futuro prometedor en libertad y desarrollo.
Soñábamos con mejorar la herencia y el legado histórico español, que incluían
aspectos como una buena sanidad, educación de primer nivel y un sistema
productivo en ascenso. Este sistema cubría con suficiencia las necesidades
básicas de la sociedad guineana de la época.