Desde el interior de Guinea Ecuatorial con enorme indignación
Cada vez que reflexionamos sobre el acontecer diario de nuestro país, nos enfrentamos a realidades tristes y vergonzosas, aun sin ser sus protagonistas directos. Nos sentimos avergonzados porque estas situaciones son profundamente escandalosas.
Es impactante ver cómo las autoridades, desde el Jefe del Estado hasta los funcionarios menores, persiguen, torturan, condenan sin juicio o mediante procesos amañados, e incluso llegan a asesinar a los ciudadanos por pensar de manera diferente o por no alinearse con sus intereses. Todo esto forma parte de una inhumana estrategia para subyugar al pueblo y saquear las riquezas de la nación. Resulta igualmente escandaloso que aquellos responsables, por ignorancia, negligencia o malicia, de preparar un polvorín en la ciudad de Bata —causando la muerte de cientos de ciudadanos, miles de heridos y enormes pérdidas económicas— sigan en el poder. Es también indignante que las ayudas internacionales que llegaron tras la tragedia quedaran en manos de la familia Obiang y sus allegados.
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