El estado de salud del dictador que dicta las normas en Guinea Ecuatorial, hace ya cerca de 50 años, ha creado una profunda revolución interna en los corazones guineoecuatorianos y en los “equator-guineanos” (¡Término, este; llamado a desaparecer!)
1.- Aquellos, intentan salir de oscuro túnel de la “Materia Reservada” en la que la República de Guinea Ecuatorial entera se mueve y se debate hace ya cerca de 50 años; quieren saber del estado de salud del dictador y sobre todo rezan, piden a Dios y desean que llegue el día de la salida del túnel, el día de la salida de la duda de si todavía les cabe a los guineos el derecho a abandonar la esclavitud. Quieren saber si ha llegado el día de la LIBERTAD. Si durante 50 años de dictadura, el pueblo guineo viene suspirando por respirar aires de libertad, sometido a la esclavitud de un “individuo” que se clavó como una pared entre nuestras libertades y él, es normal que, hoy, ante la noticia de la dudosa, largamente quebradiza y enferma salud de este “individuo”, el pueblo guineo, esté preocupado por si, como se dice, “muerto el perro… se acabó la rabia” Pero es más la ansiedad por que llegue la libertad, que por que se muera un individuo. La libertad del pueblo guineano depende de que tal individuo no dirija los destinos de nuestro país.
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