
Por PAULO JORGE AGOSTINHO
Guinea Ecuatorial tiene cinco aeropuertos nuevos, dos puertos, decenas de escuelas y universidades y kilómetros de autopistas por donde pasan coches de contratistas.
En muchas de estas obras, algunas faraónico como el centro de congresos de Sipopo dos veces el tamaño del Centro Cultural de Belém, hubo trabajo portugués.
Es el caso de los peajes en la capital, Malabo, un sistema electrónico que hoy es completamente manual, con funcionarios que levantan las cancelaciones.
Gregório era conductor de taxi antes de ser obligado a pagar una licencia de circulación hace un año. Hoy está desempleado y pasa el tiempo vendiendo tarjetas de saldo de teléfono móvil en los paseos de Malabo. Y casi nunca pasó por esos peajes.
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