Por Armengol Engonga Ondo. Presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial
Tras una conferencia política sobre la esperanza que tenemos de retornar a Guinea Ecuatorial me paré a conversar con uno de los asistentes al acto. Era un joven guineano de no más de treinta años que me quería felicitar por “haber sobrevivido al mundo de los blancos”. Lo miré y sonreí al tiempo que le decía que “No es el mundo de los blancos y, además no me había quedado otra alternativa: o eres un superviviente o ya sabes lo que te toca”. Las injusticias de la vida están ahí. No hay ni que buscarlas para darse de cara con ellas. Hay una gran diferencia entre nacer en una buena familia o sin ella. No hay comparación entre una escuela de niños chillones y divertidos, jugando en el patio de recreo con esos otros niños que no entienden por qué les revienta una bomba su casa. Unos divertidos, otros traumatizados y los dos mundos diferentes dentro del mismo planeta.
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